MITOS GRECO-ROMANOS
MEDUSA
Las Górgonas vivían en la orilla del famoso océano, en la
extremidad de la noche donde se encuentran las Hespérides de voz sonora, cerca del país de los muertos.
Medusa era una de las tres Górgonas, y la única mortal de las tres
hermanas. Al nacer era muy hermosa, todos la admiraban y felicitaban por ello,
con especialmente un lindo cabello y por ser tan bella, tenía muchos pretendientes por lo cual era tan engreída
que llego a decir que era superior y mucho más linda que la diosa Atenea.
Cuando Atenea se entera de
lo que Medusa estaba diciendo, se enfurece y decide castigarla quitándole su
belleza. Convierte su hermoso pelo en serpientes, cubre su cuerpo de escamas y
le desfigura la cara, transforma sus manos en bronce, pone alas de oro en su espalda, le agranda los dientes
convirtiéndolos en colmillos y la obliga a vivir siempre con la lengua afuera.
Pero la furia de Atenea no termina ahí, también convierte a sus hermanas en
seres horribles, y además embruja a medusa de tal forma, que todo aquel que la
mirara se convertiría en piedra.
Después de un tiempo, Perseo organiza una expedición
para ir a matar a Medusa, con la ayuda de Atenea logra cortarle la cabeza sin
tener que mirarla.
De la sangre del cuello
cortado, nacieron los dos hijos de Medusa y Poseidón, Pegaso el caballo alado y
Crisaor.
Perseo utiliza la cabeza de Medusa para convertir a
un horrible gigante en montaña y luego le da la cabeza a Atenea, quien la
coloca en su escudo, así de esa manera sus enemigos quedaban convertidos en
piedra con solo mirarla.
Cupido es, en la mitología romana, el dios del amor; es uno de los
símbolos de San Valentín, se le conoce como un niño alado y armado con arco y
flechas que son disparadas a dioses y humanos, provocando que se enamoren
profundamente. En ocasiones lleva tambien los ojos vendados, para mostrar que
el amor es ciego.
Su propia historia de amor aparece narrado en su forma más
completa en la novela latina “El asno de oro” o “Las Metamorfosis” de Apuleyo
(s. II d.C.).
En la antigua Grecia cupido era conocido como Eros, el hijo joven
de Afrodita la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Para los romanos
cupido es el dios del amor hijo de Venus y de Marte, dios de la guerra.
Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza
primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero
a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos.
A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con
plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con
plumas de búho que provocaban la indiferencia.
Consciente del poder que tenía, a veces rechazaba las peticiones
de su madre y los demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos
mortales así que provocaba frecuentes problemas a los dioses.
Un día se enfadó con Apolo cuando éste bromeo sobre sus
habilidades como arquero, así que Cupido hizo que Apolo se enamorara de la
ninfa Dafne y a ella le disparó una flecha con punta de plomo. Dafne rezó al
dios río Peneo pidiendo ayuda y fue transformada en un árbol de laurel, que se
consagró a Apolo.
Así entre rebeldía y travesuras, Cupido cumplía con su cometido,
al paso del tiempo Venus comenzó a preocuparse porque su hijo no crecía, así
que en busca de una respuesta se dirigió al Oráculo de Temis, quien le dijo:
“El amor no puede crecer sin pasión”. Venus no comprendio la respuesta hasta
que nacio su hijo Anteros, dios de la pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido
crecía y se transformaba en un hermoso jóven, pero cuando se separaban, volvía
a ser un niño.
PERSÉFONE
Perséfone es hija de Zeus y Deméter
(hija de Cronos y Rea, hermana de Zeus, y diosa de la fertilidad y el trigo).
Su tío Hades (hermano de Zeus y dios de los Infiernos), se enamoró de ella y un
día la raptó.
La joven se encontraba recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas y hermanas de padre, Atenea y Artemisa, y en el momento en que va a tomar un lirio, (según otras versiones un narciso), la tierra se abre y por la grieta Hades la toma y se la lleva.
De esta manera, Perséfone se convirtió en la diosa de los Infiernos. Aparentemente, el rapto se realizó con la cómplice ayuda de Zeus, pero en la ausencia de Deméter, por lo que ésta inició unos largos y tristes viajes en busca de su adorada hija, durante los cuales la tierra se volvió estéril.
Al tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone, pero esto ya no era posible pues la muchacha había comido un grano de granada, mientras estuvo en el Infierno, no se sabe si por voluntad propia o tentada por Hades. El problema era que un bocado de cualquier producto del Tártaro implicaba quedar encadenado a él para siempre.
Para suavizar la situación, Zeus dispuso que Perséfone pasara parte del año en los confines de la Tierra, junto a Hades, y la otra parte sobre la tierra con su madre, mientras Deméter prometiera cumplir su función germinadora y volviera al Olimpo.
Perséfone es conocida como Proserpina por los latinos.
La leyenda cuenta que el origen de la Primavera radica precisamente en este rapto, pues cuando Perséfone es llevada a los Infiernos, las flores se entristecieron y murieron, pero cuando regresa, las flores renacen por la alegría que les causa el retorno de la joven. Como la presencia de Perséfone en la tierra se vuelve cíclica, así el nacimiento de las flores también lo hace.
Por otra parte, durante el tiempo en que Perséfone se mantiene alejada de su madre, Deméter y confinada a el Tártaro, o mundo subterráneo, como la esposa de Hades, la tierra se vuelve estéril y sobreviene la triste estación del Invierno.
La joven se encontraba recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas y hermanas de padre, Atenea y Artemisa, y en el momento en que va a tomar un lirio, (según otras versiones un narciso), la tierra se abre y por la grieta Hades la toma y se la lleva.
De esta manera, Perséfone se convirtió en la diosa de los Infiernos. Aparentemente, el rapto se realizó con la cómplice ayuda de Zeus, pero en la ausencia de Deméter, por lo que ésta inició unos largos y tristes viajes en busca de su adorada hija, durante los cuales la tierra se volvió estéril.
Al tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone, pero esto ya no era posible pues la muchacha había comido un grano de granada, mientras estuvo en el Infierno, no se sabe si por voluntad propia o tentada por Hades. El problema era que un bocado de cualquier producto del Tártaro implicaba quedar encadenado a él para siempre.
Para suavizar la situación, Zeus dispuso que Perséfone pasara parte del año en los confines de la Tierra, junto a Hades, y la otra parte sobre la tierra con su madre, mientras Deméter prometiera cumplir su función germinadora y volviera al Olimpo.
Perséfone es conocida como Proserpina por los latinos.
La leyenda cuenta que el origen de la Primavera radica precisamente en este rapto, pues cuando Perséfone es llevada a los Infiernos, las flores se entristecieron y murieron, pero cuando regresa, las flores renacen por la alegría que les causa el retorno de la joven. Como la presencia de Perséfone en la tierra se vuelve cíclica, así el nacimiento de las flores también lo hace.
Por otra parte, durante el tiempo en que Perséfone se mantiene alejada de su madre, Deméter y confinada a el Tártaro, o mundo subterráneo, como la esposa de Hades, la tierra se vuelve estéril y sobreviene la triste estación del Invierno.
JÚPITER
Zeus, hijo de Rea y Cronos, era un dios bondadoso, esta había
sido criado por su madre, por esta razón no llevaba las mismas costumbres que
su padre, quien era un dios arrogante a cual le gustaba robar niños de la
tierra para devorarlos.
Cuando Zeus iba a nacer, su madre ideó, para salvarlo de su padre
(ya que tenía la costumbre de comerse a sus hijos), huir a Creta, donde lo
tuvo, y retornar al Olimpo, simulando allí un segundo parto. Allí le presentó a
Cronos una piedra envuelta en pañales, que éste tragó sin vacilar.
Un oráculo informó a Cronos que Zeus había nacido para dominar el
universo, y éste busco los medios de destruirlo. Zeus se rebeló contra él y le
arrojó del Olimpo, apoderándose del trono de su padre y haciéndose dueño del
cielo y de la tierra.
Se casó con Hera y repartió su poder entre sus hermanos. Se
reservó el cielo y dió el imperio de las aguas a Poseidón y el de los infiernos
a Hades. Tiempo después los dioses trataron de librarse de su dominio, pero les
venció obligándoles a refugiarse en Egipto. Hizo las paces con ellos, y cuando
su dominio parecía definitivamente asegurado, los Gigantes, hijos de Titán,
pusieron unas montañas sobre otras con el fin de escalar el Olimpo y arrojarlo
de él. Pero Zeus los derrotó sepultándolos bajo aquellas montañas que habían
amontonado contra él. Desde entonces su dominio fue indiscutido y reconocido
como padre de los dioses y de los hombres, al que todos obedecían.
Todo procedía de Zeus, el bien y el mal, y hasta el destino. Armado
del rayo y del trueno, al agitar su égida producía huracanes y tempestades. Su
vida fue pródiga en aventuras amorosas.
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